miércoles, 10 de junio de 2009

El 'voto' porcino

Llegó como la influenza: nadie sabe, nadie supo, pero de pronto todos hablamos de ella y de sus consecuencias. Hoy, hablar del voto parece una obligación, un mandato supremo, un ejercicio democrático del cual nadie se quiere quedar fuera, la discusión está más caliente que los hinchas salvadoreños quienes al grito de "porcinos de mierdaaa" recibieron a nuestros seleccionados nacionales.
A diferencia de otras elecciones, la pregunta ha mutado y se ha fortalecido como un virus, ya no es ¿por cuál de los dos extremos votarás y te diré si sigues siendo mi amigo?, hoy la cosa es más compleja: ¿votar... por quién, no votar... mmm, anular mi voto... o..?.
Debo reconocer que durante los últimos meses he transitado por varias posturas:
• Me entusiasmó el 'Voto Blanco' del Ensayo sobre la lucidez de Saramago; pero salvo en algunos países europeos en donde estas acciones están contempladas por la ley y disminuyen el financiamiento a los partidos, en México sería ineficaz.
• También pensé en votar por mi, recuerdo desde chamaco aquello del derecho a 'votar y ser votado', de esta forma mi voto sí se va a contar, manifestaría que ningún partido se ha ganado mi voto, aunque quedará diluído entre las 'curiosidades' que emanan de las urnas.
• Anular el voto ha sido la que menos ha llamado mi atención, me parece paradójico hacer algo para 'anularlo', hacerlo nulo, que no valga; eso sin tomar en cuenta que anular el voto siempre ha existido y paradójicamente termina siendo un premio para los partidos, continúe usted...

Aquí los hechos
Ya lo reportaron las principales encuestas, el voto nulo podría alcanzar como máximo el 10 por ciento de la votación, suena impactante sin duda, pero en caso de que llegara a esa cifra dudo que modifique Status Quo; pero esa es la parte 'positiva', lo peor es que terminaría por beneficiar a la llamada 'chiquillada', que a menor votación efectiva necesitan menor número de votos para alcanzar el mediocre 2% para el registro. Por otro lado, según apuntan los expertos, anular el voto termina por aumentar el financiamento a los partidos, ya que el reparto de los dineros para cada elección toma como base la elección anterior: a mayor número de votos nulos, o lo que es lo mismo, menor votación efectiva > mayor porcentaje de votos > más dinero para las campañas... entre menos burros más olotes.

Conclusión
Sea cual sea mi decisión, creo que el próximo 5 de Julio, no es suficiente para manifestar mi descontento y no exime mi responsabilidad de hacer algo los otros 364 días del año, el voto es tan sólo una pequeña parte del ejercicio democrático y es de lo que nunca hablamos y no nos gusta que nos lo recuerden, porque implica mucho más compromiso que pensar 2 minutos e ir a tachar un papel. Participar, denunciar, exigir, estas acciones en conjunto y en lo colectivo podrían mejorar al país, hasta cuándo lo vamos a entender... En este momento el voto es lo urgente, no lo importante, parece una epidemia... un 'voto' porcino.

1 comentario:

malvablog dijo...

Me parece Gabriel que tu la conclusión de tu texto es absolutamente positivo y bien razonado. Hoy mas que nunca, el 5 de Julio es solo el chance de ejercer un derecho que implica solo una pequeña parte de la responsabilidad que nos toca.

Miguel Vadillo