martes, 19 de mayo de 2009

La tarde que tomé Vin Santo y fui a la Champions

Después de comer pedí al mesero un Vin Santo, con la seguridad de quien pide unos tacos de cochinita en el Beis, se me quedó viendo con cara de incredulidad, seguramente mi aspecto de turista no iba con la idea de beber Vin Santo. El día anterior, en un paseo por un viñedo de la Toscana lo habíamos probado, se trata de un vino-postre tradicional, de los llamados 'pacificados' o 'vinos de paja' ya que las uvas con las que se produce (Trebbiano y Malvasía) se dejan pacificar sobre una cama de paja. Se acompaña de unas 'galletas' de almendras llamadas cantuccini; la idea es mojar estas galletas (que son durísimas) en el vino, digamos 'sopearlas' como se indica en la foto, después una fiesta en el paladar.
Vin Santo y Cantuccini
Mientras el Vin Santo nos hacía el día comentamos sobre el encabezado de un periódico local: "Esta noche haremos historia" (en italiano, claro). Yo ya sabía que la Fiorentina se jugaba el pase a octavos de final de la Liga de Campeones de Europa frente al poderoso Olimpique de Lyon de Francia, así que dije, "ya estuvo, hoy toca Champions!".
¿Biglietti per il Calcio?" le pregunté al tipo de la caja mientras pagaba (así en italiano y toda la cosa), de inmediato me explicó dónde conseguir los boletos, la emoción me hacía creer que todo era falso, irreal, uno no llega a un partido de Champions así como así... no en Italia, no en Florencia! así que le pregunté "¿é difficile?" (me refería a conseguir boletos) y me respondió con una serenidad reconfortante "Facile". Con esa palabra grabada en la mente salimos del lugar, a unos cuantos pasos del famoso Duomo. Llegamos a comprar los boletos y... todavía había!!! Nos explicaron cómo llegar al estadio, debíamos tomar el autobús número 17; con la determinación del 'Ferras' me dije: "no hay pex, lo busco".
Forza Fiorentina!
Boletos en mano, ropa térmica, una playera, dos sudaderas, una chamarra, bufanda, gorra, llovizna y un frío insoportable, se hacía de noche. La ciudad estaba volcada en el juego, banderines en las calles, cánticos, hinchas, playeras; seguramente como se acostumbra en algunas ciudades italianas los aficionados parten de algún punto y van caminando al estadio en una peregrinación llena de pasión, júbilo, vino, cánticos y tradición... se me enchinó la piel! El futbol en Europa se vive diferente y la Champions es su cenit.
Llegamos a la parada del autobús a esperar el número 17... Una carcajada rompió la silenciosa y helada espera... El autobús 17 llegó... quizá anunciaba lo que ocurriría aquella noche (La Fiorentina perdió).
Llegar a un estadio siempre es igual, es como un hormiguero gigante, la gente va y viene en todas direcciones mientras las gradas del estadio desaparecen y la muchedumbre resuena: inician los cánticos, entre aroma de café espresso, chela y tabaco los equipos saltan a la cancha, el estadio ruge! No hay trompetitas ni tambores, sólo el sonido de miles de gargantas... Suena el himno de la Champions, la gente enloquece, el balón de estrellas hondea en el centro del campo.
El futbol por fin llegó al estadio, jugadas precisas, toques de magia, cánticos, alabanzas, reclamos, consignas... "Figlio di Puttanaaaaa, Figlio di Puttanaaaa" le gritaba como mariachi un aficionado a Fabio Grosso, italiano que milita en el Lyon; otro aficionado con una pierna enyesada utilizaba las muletas como extensiones de los brazos para inculpar al árbitro por una mala decisión... Al minuto 15 ya ganaba el Lyon, una orquesta bien conformada con un solista sorprendente, el astro francés Karim Benzema. La Fiore apretó... poste!!! me levanto y grito goool!, el tipo de al lado me hace ver que la pelota no entró, chale. Benzema corre como ratero de la merced y le pega a la pelota con rencor, termina en el fondo de la red, el estadio enmudeció. Poco antes del medio tiempo Alberto Gilardino conecta el balón con la cabeza y la manda al ángulo> GOOOOOOOOOOOOOOL!!!!!!!!!!!!! el Artemio Franchi revivió y se llenó de esperanza "Todavía Fiore, todavía" (como gritan algunos por acá), pero no ocurrió el milagro, Lyon ganó 2 a 1, Fiorentina quedó eliminada del torneo más importante del mundo. La historia no cambió como anunciaba aquel diario local, Florencia no festejó... pero yo, no cabía de la felicidad!
Ale Forza Viola!

5 comentarios:

C dijo...

Una noche tan helada como mágica y llena de detalles especiales.
Aléeeee Forza violaaaa, forza viola alé, forza viola alé, viola alé viola alé...!!!!

...además la cena no salió TAN cara (raro en Italia) y estuvo deliciosa :)

Estuvo increíble como se fue dando cada cosa para hacernos realidad el ir al fut en el viaje, no?

Gracias gracias!!
C

Anónimo dijo...

Son sabias las marquesinas de los buses, eso ni dudarlo.

AFB

morrissey02 dijo...

Solo tres palabras: que pinche envidia.


Y lo del camión: etselente!!! Ja ja ja ja

Anónimo dijo...

Muy buena crónica, hasta yo que no soy pambolero coincido con el morrissey

EC

Pekas dijo...

jajaja etselente, que belleza lo del camion, ni mandado a hacer hubiera quedado mejor