En días pasados REFORMA publicó un ranking de los mejores restaurantes de México, la metodología con la que hicieron el ranking me pareció sumamente confiable; entrevistas a más de 6 mil comensales en más de 100 restaurantes de la Ciudad de México, en fin, resulta que la neta del planeta en esta ciudad es el Pujol, un restaurante de cocina de vanguardia en Polanco.
Yo la verdad soy un neófito de la 'alta cocina', en general disfruto mucho de comer lo que yo mismo preparo y de vez en cuando ir a un buen lugar a cenar con una botella de vino, aunque debo reconocer que lo hago con menos frecuencia de lo que me gustaría.
Todo esto viene a cuento porque platicaba con el buen Chaval sobre estos restaurantes ultra-mamonsones, sobre todo los europeos; me comentó que actualmente el mejor restaurante en el mundo es un lugar en el noreste español llamado "El Bulli", este lugar considerado la Meca de la cocina de vanguardia y propiedad de Ferran Adrià, uno de los punteros en la escena culinaria internacional, ofrece un menú de degustación por 175 euros.
Leer el menú dibuja un signo de interrogación en la frente de quienes no frecuentamos estos lugares, chécalo:
Se empieza con unos platillos tan curiosos y dispares como las olivas esféricas, el muelle de aceite de oliva virgen, lazos de zanahoria con sorbete concentrado de mandarina y almendra o el marshmallow de piñones. Se continúa con oreo de oliva negra con crema doble, disco de mango, melón cru con hierbas y almendra tierna, caramelo de aceite de calabaza. Y seguimos con la ninfa de algodón, mozarella casera con albahaca, tempura de salicomia al azafrán con emulsión de ostra y ostra con emulsión de jamón y su perla. Finalmente, brioche al vapor, deshielo, lío de zanahoria, nudos esferificados de yogur con ficoide glaciale, alcaparras y «beurre noir», mejillones de roca calientes con picada deconstruida, crunchy de almendra tierna y tomatillo, nueces con crema de nueces, shabu-shabu de hígado de rape con linquat de sésamo, ventresca de caballa en escabeche de pollo, espardenyes con mentaiko y ruibarbo, sesos de cordero con erizo y algas. El menú degustación se finaliza con una leche merengada, liqüid de melocotón, cocción roja, morphings, etc.
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