
Desde hace casi dos años, la situación política en nuestro país viene empeorando, más allá de filias y fobias, de obradoristas y calderonistas, de adelitas y yunques, de violentos y pacíficos, de pobres y ricos, de nacionalistas y ‘vende patrias’, de necesitados y ambiciosos, de renegados y acomodados, habemos quienes no cabemos en ningún bando, Carlos Fuentes nos llamó
La Mayoría Silenciosa.
Los que no salimos a las calles a defender ‘nuestro petróleo’, ni obtenemos los beneficios de los gandallas que se quedan con la lana; los que sí pagamos impuestos y no somos beneficiados por ningún partido político; los que no creemos en mesías milagrosos ni en grupos de ultraderecha; los que no obtenemos nada a cambio de nuestras ideas, los que nos asquea la clase política mexicana, los que no creemos en Andrés López y por ello somos considerados unos traidores, derechistas y enemigos de la patria, los que no compramos piratería y nunca recibimos incentivos fiscales, nosotros, pertenecemos a una enorme mayoría que tiene en pie a este país, mientras una minoría violenta y radical intenta derrocar una minoría indiferente y poderosa.
POR UN LADO...La minoría encabezada por el ‘rayo de esperanza’ y sus colaboradores más cercanos, fabricaron una bomba después de aquel 2 de julio del 2006 y ahora les explotó en las manos. La elección para elegir al dirigente nacional del PRD ha resultado más puerca que en los peores años del viejo PRI. El colmo se consumó, aquel ‘voto x voto, casilla x casilla’ que alguna vez entonaron clamando justicia, es hoy justo lo que fueron incapaces de resolver, al grado que el árbitro que eligieron para esa misión imposible, se lavó las manos y renunció. Hoy, pareciera que la única salida es acudir al TRIFE (institución federal) que mandaron ‘al diablo’ por no darles la razón.
Pero ya encontraron la vacuna: el bendito petróleo! Lanzarse como verdaderos mártires de la patria a ‘defender’ lo que en principio nadie pensaba ‘atacar’, supone un triunfo asegurado, un premio de consolación para sus seguidores y una excelente oportunidad para ejercitar el músculo más potente del obradorismo, la movilización. Proponen debate, pero apagan los micrófonos, secuestran las cámaras y ganan tiempo para lavar la ropa sucia.
POR EL OTRO LADO...El ‘sistema’ parece más de lo mismo, la corrupción es la actividad más productiva del país, y el narcotráfico el mandón de la casa. El país avanza más lento que una tortuga en el mejor de los casos, en muchos otros, retrocede como un cangrejo. La llamada ‘derecha’, ha sido incapaz de mantener el orden, de negociar, de atraer la inversión, de echar a andar el círculo virtuoso que otros países han conseguido. La educación es vergonzosa, ahí están las cifras; la cultura por los suelos, salvo honrosas excepciones; la competitividad es de risa, risa que da coraje de ver un país tan rico, que es tan pobre, que cada vez se aleja más del ‘primer mundo’; del deporte ni hablar, es un perfecto ejemplo de lo peor de México, es corrupto, transa, anticuado, tramposo, autocomplaciente, perdedor, personalista, amateur... etc.; la economía es engañosa, buenos esfuerzos por un lado, pero que no logran reflejarse en los bolsillos de la gente y la política... la política tiene al país a dos minutos de la violencia.