Este blog ha vivido en el olvido los últimos días, semanas. Lo que pasa es que la chamba me impidió postear, las Elecciones en Estados Unidos absorbieron gran parte de mi tiempo, paro ya pasó y el triunfo de Barack Obama me parece justo y necesario.
De esto justamente quería escribir; no del ganador de la contienda, de él se ha hablado mucho los últimos meses, pero sí de la civilidad que vi el martes pasado.
A mi me han tachado de 'pro yanqui', para nada, no lo soy, pero tampoco 'anti yanqui' a ultranza. Reconozco en la sociedad norteamericana muchas virtudes que la nuestra adolece, le duela a quien le duela.
Durante la campaña electoral, los ataques contra Obama fueron brutales, le dijeron de todo, lo calumniaron, etc; este hombre con inteligencia puso las cosas a su favor, nunca se 'mareó' en los humos de su popularidad y tampoco se refugió en las faldas de sus seguidores chillando 'guerra sucia, guerra sucia'.
McCain por su parte ocupó el rincón de la derrota, pero con categoría y honestidad lo reconoció inmediatamente, "le deseo buena suerte al hombre que fue mi rival, ahora será mi presidente", sorprendentes palabras las del candidato republicano. Qué lejos están nuestros políticos de la educación de McCain, de su respeto por la gente que no votó por él.
Habrá quien no esté de acuerdo, se vale, pero el martes pasado el pueblo americano mostró al mundo su mejor cara, después de la pésima imagen que dejó el mandato de Bush, Obama llega para llenar de esperanza a propios y extraños.
Qué vergüenza me da la política en México, ojalá los chovinistas que se enfundan en la bandera y se lanzan al vacío de las mentiras, tengan la humildad para voltear hacia arriba y aprender a construir en medio de la crisis, el miedo y la guerra.
Pobre de México, tan lejos de Dios y lleno de políticos...
jueves, 6 de noviembre de 2008
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