Dicen los que saben que desde hace unos años el jazz está resurgiendo en México; hay más grabaciones, mejores propuestas y mucho más lugares donde ir a disfrutar de este género. Yo no soy ningún conocedor de jazz, pero me gusta y me gusta cada vez más. Sin duda no es un género fácil, no se rige bajo las estructuras armónicas ni rítmicas de la música tradicional, no tiene la inmediatez melódica y lírica de la música Pop, ni la majestuosidad de los Clásicos, etc. Pero es fascinante!, justamente porque no complace todo lo anterior, no busca ni el principio ni el final sino lo que sucede entre ambos, la improvisación, principio básico del jazz. Al escucharlo no sé lo que viene a continuación y tampoco lo que ya pasó; ese fluir incierto y a la vez preciso es donde el jazz encuentra su esencia.Todo esto viene a cuento, porque hace unos meses compré un CD de un grupo mexicano que nunca había escuchado, ni siquiera una sola rola, pero por ahí había leído que era una de esas buenas bandas con una propuesta distinta que valía la pena escuchar. Estoy hablando de Los Dorados, una joven banda de Jazz Mexicano. El disco se llama Turbulencia, qué mejor titulo para describir lo que sucede a lo largo de cada rola. Entre guitarras distorsionadas, sonidos de scratch, y una potente batería Turbulencia es un excelente pretexto para probar tus nuevos audífonos. Creo que los Dorados vienen como un bálsamo a la escena musical mexicana, tan venida a menos en los últimos años, salvo honrosas excepciones. Recomiendo: Turbulencia, Pez Gordo, Canción Muda y Unión Laguna.





