domingo, 1 de noviembre de 2009

Zorba el danzonero

Caminábamos por el zócalo de Oaxaca, eran como las 6 de la tarde y nos llamó la atención que había varias sillas formando un rectángulo, debajo de un enorme Ciruelo. Nos acercamos y un señor, de unos sesenta y tantos años, nos dijo que se trataba de los 'Miércoles de Danzón' que cada semana se llevan a cabo en el mismo lugar con orquesta en vivo y toda la cosa. Como faltaban un par de horas caminamos sin rumbo fijo para que el tiempo pasara, disfrutando del lugar, del clima, del atardecer...
Media hora antes llegamos para 'agarrar' buen lugar, nos sentamos junto al mismo señor que nos había dicho del evento en cuestión, se encontraba metidísimo en una charla con un fiel amigo danzonero también, "Yo no sé qué sea mano, pero todas las viejas quieren bailar conmigo, no sé si son mis piernas o qué, quizá es porque tengo mi estilacho".
El fiel amigo simplemente escuchaba, yo como que no queriendo la cosa, también. Era una de esas charlas sabrosas de la gente de provincia, muy reveladoras y muy interesantes.
Poco después y dejando a un lado las trivialidades del danzón, la charla tomó tintes filosóficos, el señor en cuestión aseguraba con voz lenta y profunda "Mi vida es como un coche sin volante... bueno, con volante sí, pero sin chofer, nomás traigo un cabrón de copiloto que de vez en cuando me corrige el camino...", para ese momento yo ya estaba totalmente metido en la charla, pensaba en las sabias palabras de aquel hombre, que por un momento, me pareció una versión oaxaqueña de Alexis Zorba, aquel griego apasionado del baile, de las mujeres y de la vida, lleno de experiencias, alegre, irreverente, auténtico...
Poco antes de que iniciara el baile, el buen 'Zorba' se paró y fue recorriendo con lentitud todo el rectángulo de gente, examinando cuál sería la mujer que invitaría a bailar esa noche.
El sol se fué y el sonido de los metales llenó de música el zócalo, el danzón comenzó...

1 comentario:

C dijo...

Qué bonito texto!